“El miedo es una energía destructiva en el hombre. Marchita la mente, distorsiona el pensamiento, guía a todo tipo de teorías extraordinariamente inteligentes y sutiles, supersticiones absurdas, dogmas y creencias”. Jiddu Krishnamurti.

 

Me imagino que en cada país se está viviendo con similar preocupación e idénticos temores e incertidumbre esta pandemia llamada Covid-19. No puedo ni sería prudente de mi parte opinar acerca de ellos. Sí lo puedo hacer como un miembro más de esta comunidad, cual me brinda cada día tantas satisfacciones y también una buena cuota de las otras. Es que estamos en una encrucijada: el irrefrenable avance de la enfermedad por una parte, y por la otra, la mediocre administración que por momentos nos deja con la preocupante sensación de una manifiesta incapacidad para encarar con seguridad y eficacia esta singular situación. El resultado es a quien y en que creer, como mejor ejemplo podemos tomar el de las vacunas, un territorio realmente vergonzoso en el que la desidia y la incapacidad, sazonada como siempre por una buena cuota de politiquería pueril, nos han puesto frente a un cuadro de situación con final desconocido. En verdad, no es mi intención en este momento realizar un análisis ni una crítica exhaustiva  acerca de la conducción social y económica del país, lo que me resulta intolerable es la poca seriedad con que se ha tratado el cuidado de la salud de la ciudadanía. En ese aspecto y en asociación directa con el título de esta nota y ante la diaria avalancha incontenible de información alarmante en los medios, es necesario que intentemos buscar la calma, consientes de que los ciudadanos comunes estamos lejos del poder y por ende alejados de las decisiones para mejorar el accionar del día a día, de manera que es oportuno seguir las recomendaciones básicas de los psicólogos para, en lo posible, seguir transitando por los caminos de la cordura:

 

A) Aislarse de las noticias sobre el virus, todo lo que necesitamos saber, ya lo sabemos.

 

B) No tengas cuidado con el número de muertos, no es un partido para saber la última puntuación, evita eso.

 

C) Evite enviar mensajes fatalistas, algunas personas no tienen la misma fortaleza que usted (en lugar de ayudar, podría activar patologías como la depresión)

 

D) No busque información adicional en Internet, debilitaría su estado mental.

 

E) Si es posible, escuche música en casa a un volumen agradable, busque juegos de mesa para entretener a los niños, contar historias y planes a futuro.

 

F) Haga lo que le traiga la paz, lo que le haga sentir a salvo. Confíe en su sentido común.

 

G) Su estado de ánimo positivo ayudará a proteger su sistema inmunitario, mientras que se ha demostrado que los pensamientos negativos deprimen su sistema inmunológico y lo debilitan contra el virus.

 

H) Lo más importante: ¡Confíe firmemente que esto también pasará y estaremos a salvo!

 

Eventualmente siguiendo estos consejos, al menos salvaguardaremos nuestro estado mental y emocional, buscando estar en plenitud, en un mundo complejo que sabemos no quedará inmune, aún, una vez superado este flagelo.

 

A.K.